En una organización que aprende, se presta atención tanto a los aspectos visibles como a los invisibles, los cuales son parte del ADN de la organización.
En una organización que aprende, los errores no serán castigados sino que serán vistos como una oportunidad para mejorar la organización. Los empleados serán estimulados para continuar desarrollando sus competencias a través de su participación y capacitación en proyectos de mejora.
“Si algo no funciona, no fallaste, sino que aprendiste.”
Una organización necesita asegurarse de tener un equipo de empleados diverso y complementario. Los empleados deben mostrar flexibilidad y contribuir activamente a la resolución de problemas, así como a la mejora continua de los procesos. La organización necesita trabajar continuamente en el desarrollo de las competencias de sus empleados mediante la educación y la tutoría. La competencia puede definirse como la capacidad demostrada para aplicar eficazmente los conocimientos, las aptitudes y las características personales. En otras definiciones, términos como “actitud” y “comportamiento” son utilizados en lugar de “características personales”.
Los empleados deben tener la oportunidad de aprender de los demás trabajando en equipo con colegas, proveedores y clientes. La organización necesita inspirar a los empleados para que se desarrollen. Además, es importante reconocer y apreciar a aquellos que tienen un conocimiento único del producto y competencias personales. El desempeño exitoso requiere una mezcla de conocimientos, habilidades, actitudes y comportamientos.
Una organización que aprende se centra en los siguientes elementos:
- Los empleados están inspirados para alcanzar buenos resultados.
- Cometer errores es una oportunidad para aprender y crecer.
- La organización tiene una base de personal variada y complementaria.
- La organización crece a través de la colaboración con proveedores y/o clientes.
- La organización tiene un programa activo de desarrollo de competencias.